Cuento de la castaña.
Caminando por un camino se encuentran una paja, una castaña y una brasa, y deciden, después de saludarse, proseguir juntas. Así siguen hasta llegar a un río.
- ¿Cómo lo cruzaremos?
La castaña dice que ella no sabe nadar, la brasa de carbón dice que ella no puede mojarse porque dejaría de ser una brasa caliente y roja. La paja se ofrece a llevarlas sobre su barriga porque ella flota muy bien.
Primero monta la castaña, atraviesa el río, y la paja vuelve ya un poco cansada. Monta la brasa y comienza a remar, pero, en mitad del río la paja nota que se está quemando la barriga y empieza a moverse y a quejarse. La brasa se asusta y empieza a gritar y cae al agua.
Cuando salen del agua las dos lloran, una de dolor y la otra de pena, mientras la castaña se ríe de las dos. Tanto se ríe que revienta de risa y se le rompe el vestido por el trasero. Ahora ríen las dos compañeras y ella llora, pero como les da pena deciden llevarla al pueblo.
Las tiendas están cerradas, sólo queda un zapatero abierto...Le cuentan el problema de la castaña y el zapatero busca algo para remediarlo, pero únicamente encuentra un retal de cuero para hacer botas y es de un color más claro. Coge hilo, dedal, tijeras y empieza a hacer un remiendo.
Desde ese día todas las castañas llevan un remiendo para que nunca se olviden de que no debemos reirnos de los problemas de los demás.
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